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Las células gliales en el sistema nervioso

Durante muchos años las neuronas fueron el centro de atención de la neurociencia. Como hemos aprendido en artículos anteriores, las neuronas tienen propiedades electroquímicas y conducen señales nerviosas. Aunque es innegable que las neuronas son esenciales, hay otra categoría de células que también son bastante importantes y que, de hecho, supera en número a las neuronas: Se trata de las células gliales. Aunque estas células no son capaces de enviar señales eléctricas como las neuronas, son importantes para la integridad y el funcionamiento de nuestro sistema nervioso, incluida la supervivencia y la comunicación neuronal [1].


Las células gliales pueden dividirse en dos categorías: Microglía y Macroglía. 


Las células microgliales proporcionan protección inmunitaria a nuestro sistema nervioso. Por lo tanto, son clave para las reacciones inflamatorias y para defender nuestro cerebro de patógenos. También son importantes para regular la muerte celular y deshacerse de los residuos [1]. 


Las células macrogliales incluyen muchos subtipos diferentes [2]. En este artículo nos centraremos en algunos de los más importantes:


  • Los astrocitos proporcionan apoyo a las neuronas y modulan su entorno para asegurarse de que es el adecuado para la comunicación neuronal [1], lo que a la larga repercutirá en el circuito neuronal, regulan los niveles de iones en el entorno celular y también son importantes para la captación y el recambio de algunos neurotransmisores* [3,4]. Además, ayudan a controlar el flujo sanguíneo y se convierten en la "barrera de comunicación" entre los capilares sanguíneos y nuestras neuronas [3,4].

  • Las células ependimarias son la "barrera de comunicación" entre el tejido neuronal y el líquido cefalorraquídeo (LCR). Estas células producen el LCR y modulan su distribución por todo el cerebro [5]. El LCR es importante para la eliminación de residuos, el suministro de nutrientes y para proporcionar flotabilidad y amortiguación al cerebro y la columna vertebral (de ese modo, están "suspendidos" en una especie de líquido y, si hay un golpe, la lesión es menos grave) [6].

  • Los oligodendrocitos son esenciales para la cubierta de mielina de algunas neuronas del sistema nervioso central [1]. Como aprendimos en artículos anteriores, las neuronas conducen señales, y este proceso tiene que ser rápido. Para acelerarlo, la mielina es una sustancia química rica en lípidos (es como una especie de mezcla entre grasa y proteínas) que proporciona una forma de "aislamiento eléctrico" en el axón neuronal. 

  • Las células de Schwann son las glías encargadas de recubrir el axón con mielina en el sistema nervioso periférico [1].


La investigación sobre las células gliales sigue avanzando y éstas, que solían quedar relegadas a un papel secundario, han empezado a desempeñar un papel importante en la comprensión del funcionamiento de nuestro cerebro y la fisiopatología de las enfermedades. Por ejemplo, la esclerosis múltiple es una de las enfermedades caracterizadas por la pérdida de mielina, que se debe en parte a la disfunción de los oligodendrocitos [7]. Otros estudios se han centrado en comprender el papel de los astrocitos en el contexto de la depresión, lo que tal vez conduciría a nuevos desarrollos en materia de antidepresivos [8]. Por último, las células microgliales se han estudiado en el contexto de la enfermedad de Alzheimer (EA). Pueden desempeñar un papel en la protección del cerebro y la prevención de la EA, pero también hay estudios que demuestran que, en fases más avanzadas de la enfermedad, las células microgliales activadas están implicadas en la pérdida de sinapsis [9].


Estos son sólo ejemplos que ilustran por qué las células gliales no merecen un segundo plano en la neurociencia para avanzar en nuestro conocimiento del sistema nervioso. Estén atentos a los próximos artículos sobre células gliales e inmunología cerebral.


*Neurotransmisores: son las sustancias químicas que envían las neuronas para comunicar un mensaje en una sinapsis química.


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Escrito por: Nicole

Editado por: Natasha

Traducido por: María


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Referencias (inglés):


  1. Purves D, et al. (2001) “Neuroglial Cells”, Sunderland (MA): Sinauer Associates; 2nd edition. Available at: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK10869/

  2. Rea, P. (2015). “Chapter 1 - Overview of the Nervous System. In Essential Clinically Applied Anatomy of the Peripheral Nervous System in the Limbs”, Academic Press (1-40). Available at: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/B9780128030622000012

  3. Lago-Baldaia, et al. (2020). “More Than Mortar: Glia as Architects of Nervous System Development and Disease” Frontiers in cell and developmental biology, 8, 611269. Available at:  https://doi.org/10.3389/fcell.2020.611269

  4. Allen, N. J., & Barres, B. A. (2009). “Neuroscience: Glia - more than just brain glue”, Nature457(7230), 675–677. Available at: https://doi.org/10.1038/457675a

  5. Jiménez, A. et al. (2014). “Structure and function of the ependymal barrier and diseases associated with ependyma disruption”, Tissue barriers2, e28426. Available at:   https://doi.org/10.4161/tisb.28426

  6. Telano LN & Baker S. Physiology (2023). “Cerebral Spinal Fluid”, StatPearls Publishing. Available at: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK519007/

  7. Dulamea A. O. (2017). “Role of Oligodendrocyte Dysfunction in Demyelination, Remyelination and Neurodegeneration in Multiple Sclerosis”, Advances in experimental medicine and biology958, 91–127. Available at:  https://doi.org/10.1007/978-3-319-47861-6_7

  8. Rajkowska, G., & Stockmeier, C. A. (2013). “Astrocyte pathology in major depressive disorder: insights from human postmortem brain tissue”, Current drug targets14(11), 1225–1236. Available at:  https://doi.org/10.2174/13894501113149990156

  9. Hansen, D. V., Hanson, J. E., & Sheng, M. (2018). “Microglia in Alzheimer's disease”, The Journal of cell biology217(2), 459–472. Available at:   https://doi.org/10.1083/jcb.201709069

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