En una población repleta de individuos vulnerables, la introducción de un nuevo virus da lugar a la rápida propagación e infección porque las personas no están protegidas. El texto y video sobre le sistema inmune se describe cómo los individuos que han sobrevivido a una infección suelen adquirir inmunidad*. Esta inmunidad garantiza la protección contra el virus porque el sistema inmunitario ya ha aprendido a combatirlo. Cuando una gran parte de la población adquiere inmunidad, estas personas actúan como una "barrera" protectora para aquellos que no pueden vacunarse. Este fenómeno se denomina inmunidad de rebaño. Una vez alcanzada la inmunidad de rebaño, la propagación del virus comienza a reducirse.
Por ejemplo, en una población de 100 individuos, en la que nadie está inmunizado, el virus tendrá muchos huéspedes a los que infectar. Sin embargo, si 80 personas adquieren inmunidad a este virus, entonces al virus le costará mucho más encontrar un huésped y propagarse. Para entender la inmunidad de rebaño y la propagación del virus, es importante tener en cuenta la forma en que se transmite el virus, el periodo de tiempo en que los individuos son infecciosos y la duración de la inmunidad después de la infección, entre otros. Hay dos formas posibles de conseguir la inmunidad: infección natural o vacunación. Durante la infección natural, es probable que algunos de los individuos mueran a causa del virus. En cambio, la vacunación permite adquirir la inmunidad sin el riesgo de padecer la enfermedad. De este modo, la vacunación frena eficazmente la transmisión del virus. La vacuna contra la viruela es un ejemplo perfecto de este resultado, para más información puede leer "La viruela: ¿Cómo detener a un asesino?".
Es importante vacunarse, no sólo por uno mismo, sino también por los demás. En la sociedad hay algunas personas que no podrán vacunarse, como los bebés, las personas con sistemas inmunitarios comprometidos o las personas que son alérgicas a algún componente de la vacuna y el médico lo desaconseja. Estas personas pueden estar "protegidas" si el resto de la población se vacuna porque es menos probable que se encuentren con el patógeno** o con un individuo infectado. En otras palabras, los individuos no vacunados siguen siendo vulnerables al virus y deben tomar precauciones. Sin embargo, si la mayor parte de la comunidad está formada por individuos resistentes, se frena la transmisión del virus - los pocos individuos vulnerables tienen menos posibilidades de encontrar y adquirir el virus y, por tanto, quedan indirectamente "protegidos" [1].
*Inmunidad: Memoria establecida y respuesta rápida que tiene nuestro organismo contra la infección por agentes patógenos o moléculas extrañas que entran en nuestro cuerpo. Cuando combatimos y sobrevivimos a una infección, normalmente desarrollamos resistencia contra el organismo o la molécula que la causó. Las vacunas entrenan a nuestro organismo para que desarrolle inmunidad frente a los agentes patógenos, sin necesidad de ser infectado primero por ellos.
**Patógeno: Cualquier microorganismo que cause una infección o una enfermedad.
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Escrito por: Nicole
Editado por: María y Natasha
Traducido por: María
BioDecoded es un grupo de voluntarios comprometidos a compartir información científica precisa sobre las vacunas. No podemos ofrecer ningún consejo sanitario específico. Si tiene alguna duda sobre la conveniencia de vacunarse debido a condiciones de salud anteriores, hable con su profesional de la salud o con su médico de cabecera. Su médico puede revisar su historial y aconsejarle sobre el mejor camino a seguir. Si tiene alguna pregunta sobre este tema, por favor escríbela en los comentarios o envíanos un correo electrónico.
Referencias (inglés):
Randolph, H. E. & Barreiro, L. B. Herd Immunity: Understanding COVID-19. Immunity 52, 737–741 (2020). Available at: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1074761320301709
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