La relación entre las vacunas y la lucha contra el cáncer está establecida desde hace tiempo y se ha incorporado a la práctica médica moderna. Actualmente, la vacuna contra el VPH (virus del papiloma humano) confiere protección contra el desarrollo de cánceres de cuello de útero, ano, vagina y vulva (puedes leer ma sobre la vacuna y sus usos aquí) [1]. La vacuna contra la hepatitis B también previene el cáncer de hígado que puede surgir de la infección con este virus [2]. Ambos virus pueden hacer que las células de estos tejidos se repliquen de forma anormal y acaben convirtiéndose en cáncer; y en estos casos, las vacunas hacen que el sistema inmunitario del huésped cree anticuerpos contra el virus antes de que esto ocurra. Sin embargo, la novedad de las vacunas contra el cáncer actuales radica en que se utilizan para tratar los cánceres existentes en lugar de limitarse a prevenirlos.
Tratar los cánceres aprovechando sus características no es un enfoque nuevo. La inmunoterapia, es decir, la modificación del sistema inmunitario de una persona para que se dirija a las células cancerosas, es un concepto utilizado desde finales del siglo XIX. El Dr. William B. Coley, considerado el padre de la inmunoterapia, ayudó a inducir la remisión de algunos subtipos de cáncer inyectando a los pacientes ciertas bacterias en 1891 (más antecedentes históricos aquí) [3]. Aunque en aquel momento no se comprendía el mecanismo, este método preparó al sistema inmunitario para ayudar a combatir el cáncer. Aunque debido a problemas de seguridad sanitaria, los oncólogos de principios y mediados del siglo pasado se inclinaban más por la cirugía y la quimioterapia como tratamientos contra el cáncer. En las décadas de 1970 y 1980, la inmunoterapia volvió a consolidarse a medida que se descubrían y comprendían los subtipos de células inmunitarias. Durante estos años, la FDA aprobó seis inhibidores de puntos de control [4], terapias que bloquean las moléculas de las vías que permiten a los cánceres sobrevivir y proliferar.
En la actualidad, hay unas pocas vacunas aprobadas para tratar el cáncer. La vacuna BCG contra la tuberculosis (una bacteria invasora) estimula el sistema inmunitario, tratando con éxito el cáncer de vejiga avanzado [5]. Una vacuna más personalizada llamada Sipuleucel-T (Provenge®) [6] utiliza las células dendríticas entrenadas del paciente (un tipo de célula del sistema inmunitario adaptativo, más información en el post y el vídeo sobre el sistema inmunitario) para encontrar proteínas sobreexpresadas en las células del cáncer de próstata y eliminarlas.
Otras vacunas están todavía en fase clínica (para más información sobre las diferentes fases de creación de una vacuna, consulta el post y el vídeo sobre este tema). La vacuna contra el cáncer más reciente que ha aparecido en los titulares a principios de junio de 2022 es un fármaco de inmunoterapia contra el cáncer de colon llamado Dostarlimab que hizo que los 12 pacientes del ensayo entraran en remisión [7]. Incluso 6 meses después del tratamiento, los participantes en el ensayo no mostraron ningún signo de cáncer, y ningún participante ha necesitado recibir quimioterapia o cirugía por el momento. Aunque es importante destacar que el número de personas de este estudio es muy reducido y con un subtipo concreto de cáncer de colon, este estudio representa un paso importante en la personalización del tratamiento de cáncer.
Desde la pandemia de COVID-19 y el desarrollo de vacunas de ARNm, muchos investigadores están estudiando cómo se puede aplicar esta tecnología al tratamiento del cáncer. La próxima semana profundizaremos en esta nueva aplicación de la vacuna de ARNm para luchar contra esta otra pandemia mundial: el cáncer.
Pinche aquí para más información sobre los ensayos clínicos de inmunoterapia actuales y aquí para obtener más información sobre los diferentes tipos de tratamientos de inmunoterapia.
Escrito por: Dominique
Editado por: María
Traducido por: María
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Referencias (inglés):
Roden, R., Stern, P. Opportunities and challenges for human papillomavirus vaccination in cancer. Nat Rev Cancer 18, 240–254 (2018). Available at: https://www.nature.com/articles/nrc.2018.13#citeas
Das S, Ramakrishnan K, Behera SK, Ganesapandian M, Xavier AS, Selvarajan S. Hepatitis B Vaccine and Immunoglobulin: Key Concepts. J Clin Transl Hepatol. 2019;7(2):165-171. Available at:https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6609845/
Dobosz P, Dzieciątkowski T. The Intriguing History of Cancer Immunotherapy. Front Immunol. 2019;10:2965. Available at: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6928196/
Hargadon KM, Johnson CE, Williams CJ. Immune checkpoint blockade therapy for cancer: An overview of FDA-approved immune checkpoint inhibitors. Int Immunopharmacol. 2018;62:29-39. Available at: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29990692/
Lamm DL, Morales A. A BCG success story: From prevention of tuberculosis to optimal bladder cancer treatment. Vaccine. 2021;39(50):7308-7318. Available at: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34417051/
Thara E, Dorff TB, Pinski JK, Quinn DI. Vaccine therapy with sipuleucel-T (Provenge) for prostate cancer. Maturitas. 2011;69(4):296-303. Available at: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21621934/
Cercek A, et al. PD-1 blockade in mismatch repair–deficient, locally advanced rectal cancer: Nejm. New England Journal of Medicine. Available at: https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa2201445.
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